Antes de visitar las Cataratas del Niágara pensaba que no me iban a gustar mucho influenciado por conocidos que habían estado antes. A mi me han encantado.
Aunque había más turistas que agua, nos acercamos con un barco durante el día para verlas de cerca, y por la noche las vimos desde abajo mientras las iluminaban de colores. Te dejan acercarte de tal modo que el agua que "rebota" desde una piedra te impacta con fuerza como para tirarte al suelo. Toda una maravilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario